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Toraja, Indonesia: donde los vivos conviven con los muertos

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Toraja es un lugar conformado por un conglomerado de pueblos ubicado en el archipiélago este de Indonesia, específicamente en la isla Célebes (o Sulawesi). Es el hogar de una comunidad indígena con tradiciones, costumbres y rituales muy particulares respecto a la muerte, llamada los toraja.

Para entender a esta etnia es importante destacar que los procedimientos de los toraja con respecto en la muerte se basan en sus creencias de que la muerte no es un hecho abrupto, como en Occidente. Sino un proceso paulatino en el que el alma sigue presente en el cuerpo sin vida y se va despidiendo poco a poco.

Por esta razón, las familias conviven con sus muertos durante días, semanas, meses e incluso años después del deceso. Esto lo hacen esperando la llegada de algún familiar que se encuentre lejos para poder realizar el funeral.

Muertos entre los vivos

Para esta cultura, no existen diferencias tajantes entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Es por eso, que aún después del ritual de entierro, en Toraja es habitual sacar de sus tumbas cada cierto tiempo los cuerpos de los familiares fallecidos. Esto con la idea de llevarlos a su casa, bañarlos, vestirlos con ropa nueva y hasta ofrecerles su comida o bebidas favoritas.

Los muertos nunca se dejan solos y las luces siempre están encendidas cuando oscurece. Las familias temen que, si no cuidan los cuerpos adecuadamente, los espíritus de los difuntos les crearán problemas.

Lo más importante en la vida de un Toraja es preparar el regreso al Puya, el mundo secreto de los ancestros o la tierra de las almas, es decir el funeral. Hasta ese día, los cadáveres se guardan y se cuidan en casa.

Una mezcla de religiones

Una de las razones de la particularidad de Toraja es que es una mezcla de religiones. Los misionarios holandeses llegaron a esta región durante el siglo XIX y causaron que hoy sea un territorio cristiano-protestantes y católico, en un país de mayoría musulmana. Es un cristianismo que se ha mezclado con las creencias de las tribus locales.

Específicamente cerca del 70% de la población en Toraja es protestante, mientras que un 17% es católica y el resto es musulmana o hindú. Esta última religión incluye la creencia animista «Aluk To Dolo» o “el camino de los antepasados», que se legalizó como secta de Agama Hindu Dharma, el nombre oficial del hinduismo en Indonesia.

Viviendas indonesias

Aunque han pasado más de 50 años desde que el gobierno indonesio exigiera a sus ciudadanos pertenecer a una de las seis religiones conocidas. En esta remota parte del mundo las creencias y rituales en torno a la muerte siguen siendo distintos a todo lo conocido, incluyendo los funerales, que se siguen celebrando con una gran matanza de búfalos.

En la actualidad, ni el turismo ni las nuevas tecnologías han terminado con estas tradiciones que se remontan al menos hasta el siglo IX d.C.

El funeral para los toraja

Para los toraja, el funeral es el ritual más importante de su ciclo de vida y requiere de un gran esfuerzo económico. Los gastos en ocasiones alcanzan los cientos de miles de euros.

Cuando un familiar muere en esa localidad, el cuerpo se traslada en ambulancia y no en un coche fúnebre porque hasta la fecha del funeral. El difunto es considerado “to makula” o “persona enferma” por sus familiares y vecinos.

Rituales funerarios Indonesia

Después, el cuerpo es sometido a un proceso de momificación y trasladado de vuelta a casa de la familia, donde todos continúan conviviendo con él mientras se preparan para honrarlo con un funeral. De esta forma, también dan tiempo a los familiares que viven más lejos para que puedan acudir a la ceremonia.

Normalmente, los familiares que asisten al funeral provienen de otras partes de archipiélago indonesio, Malasia y Singapur. Los ritos funerarios se prolongan durante casi dos semanas e incluyen peleas de búfalos, procesiones funerarias y sacrificio de búfalos, gallos y cerdos.

Se cree que los búfalos son los que transportan el alma hacia la ultratumba, por lo que las familias sacrifican a muchos de estos animales con la finalidad de ayudar a que el viaje sea más fácil para los muertos.

Funerales en Toraja búfalos

Mientras más grande sea el funeral, mejor para los toraja, ya que esta ceremonia demuestra el estatus familiar no solo a nivel colectivo, sino también individual. El número de búfalos que aporta cada uno de los hijos del difunto, determina la cantidad de tierra que reciben en la herencia.

Para estas tribus, el objetivo es tener muchos hijos para que puedan hacer un funeral digno a sus padres. Así mismo, se preocupan para que los hijos reciban una buena educación y tengan empleos bien remunerados, de allí que muchos emigren a otros países y regresen para los funerales.

Durante estos particulares funerales, los familiares son espectadores de los saludos y ofrendas que se repiten entre los clanes, en una mezcla vibrante de religiones, edades y trajes tradicionales.

Según las creencias de los toraja, en los funerales es cuando el alma finalmente deja la tierra y comienza su viaje hacia el Pooya o Puya, la etapa final de la vida después de la muerte, donde el alma reencarna.

Ellos creen que todos eventualmente llegarán al Puya, pero, como dijimos, aquellos por quienes se han sacrificado más búfalos, llegarán más pronto y más fácil. Otros llegarán más tarde y de forma más difícil.

¿Qué ocurre después del funeral?

Después del funeral para nuestras culturas sería el momento de enterrar al difunto, pero los toraja rara vez entierran a sus muertos bajo la tierra. Lo más común es colocar a sus muertos en tumbas familiares o dentro de las cuevas que abundan en esta región montañosa.

Entierros en Toraja

Estas cuevas contienen innumerables féretros, cuerpos y huesos. Pero incluso después del “entierro”, cada dos años los cuerpos se retiran para ser limpiados. Los amigos y familiares cubren las «necesidades básicas» de sus muertos y les traen a menudo dinero y cigarros.

Luego posan con ellos para retratos familiares, un ritual que es una forma de mantener la “interacción social” entre los vivos y los muertos.

¿Visitarías Toraja?